domingo, 13 de noviembre de 2011

Andemos

-         A ver cuénteme.
-         Anatómicamente perfecta o eso es al menos lo que me parece...
-         Bueno eso es algo bastante subjetivo.
-         Ya, pero se lo que digo, además no es solo su armonía anatómica hay más...
-         ¿Si? Continué
-         Tiene un sentido del humor envidiable y una sonrisa que es altamente contagiosa, ríe y de repente se olvidan las cosas malas, te hipnotiza, no puedes dejar de mirar esos dientes blancos y los hoyuelos que se forman en sus mejillas.
-         Debe ser genial.
-         Ya le digo...No se, es como que cada vez que nos vemos, el saludo es más que eso, es una muestra de algo, pero ocultándolo, como si no se quisiera hacer visible por miedo a que realmente no exista y sean solo falsas percepciones.
-         Entiendo...
-         Verá, hay algo que me encanta.... Le diré lo que es.
-         De acuerdo.
-         Cuando estamos en algún sitio con más gente, cada uno a su royo y suena alguna canción que sabemos que nos gusta a ambos y de repente aunque estemos cada uno a lo nuestro, apartas la mirada de donde la tengas,la buscas y ella está allí mirándote y te regala una sonrisa cómplice.
-         Suena bien.
-         ¿Bromea? Suena genial, de echo lo es, es genial.
-         Bueno y ¿por qué no lo hablan?, si cree que es tan genial, ¿No deberían hacerlo?
-         Ya, pero hablar de ello puede suponer su fin, ahora es algo que existe o quizás no lo haga, el hablar sobre ello puede hacer decantar la balanza para lo irreal.
-         Ya, pero también para la realidad, ¿No?
-         Tiene usted razón, pero ahí entra en juego el miedo.
-         Entonces, es usted un cobarde, ¿Verdad?
-         Posiblemente... Para eso mismo estoy aquí, para intentar no serlo, para arriesgar, para poder ganar, para saber perder...
-         ¿De verdad está dispuesto a asumir que puede perder?
-         No lo se la verdad... El miedo a perder te hace no actuar en la vida, muchas veces nos quedamos esperando que algo pase, que cambie nuestra suerte, que llegue una señal que te diga  “Adelante” pero eso no suele pasar.
-         Exacto, a veces hay que dar un paso a ciegas.
-         ¿Aunque suponga un paso en falso, una caida al abismo?
-         Exacto, pues imagina lo emocionante que sería creer que se va a caer y ser rescatado en el último momento. 
-    Tiene usted razón... Pues nada... Poco a poco, pero....Andemos... 

Fran Carballido.